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Educar a Fajaso: Detengamos el Maltrato Fisico y Humillante a Niñas y Niños.
Comisaría de la Mujer reporta 12 mil casos al año de agresiones a menores
Inocentes víctimas de violencia
* Miles de niños son objeto de maltrato físico, y en no pocos casos culminan en la muerte
* Desde 2003 a la fecha, Policía Nacional reporta un incremento de más del 50% de casos de delitos intrafamiliares
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Trece días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) fueron de una tenaz lucha para Norling Enrique González --de apenas año y medio de edad—-, pero al final fue vencido por la muerte, tras haber sido maltratado brutalmente por su tío político, quien actualmente cumple una condena por infanticidio en el Sistema Penitenciario Nacional.
Un poco más de 21 días aguantó Edwin Antonio González Valdivia, de mes y medio de edad, en una cama de Unidad de Cuidados Intensivos mientras su madre “lamentaba” lo ocurrido. Seis fracturas en la cabeza hacían suponer a los médicos que no resistiría. El trauma craneoencefálico severo, con múltiples fracturas y la presencia de una hemorragia intracraneal, no le dieron una segunda oportunidad.
Los casos de Norling y Edwin no son más que una muestra de los niños que mueren a causa del maltrato físico que les ocasionan familiares en el proceso de “la corrección”.
Desde 2003 hasta la fecha --según el reporte de la Policía Nacional-- Nicaragua presentó un incremento de más del 50% de casos al año en denuncias sobre delitos de violencia intrafamiliar, con énfasis en maltrato físico a niños, siendo los menores de cinco años los que menos resisten el maltrato.
12 mil casos al año
La violencia que sufren los niños nicaragüenses se vuelve más severa cuando degenera en muerte. “Los casos no es que no ocurran, sencillamente como no les lleva a la muerte no se reportan. Nuestro país, como en todos, el subregistro es mayor a lo que se conoce”, expresó Norma Moreno, Procuradora Especial de la Niñez y Adolescencia.
Esto sucede porque los afectados son menores que no pueden denunciar porque tienen miedo o porque se concibe como “normal”, y no como un delito que establece la Ley Nº 287, Código de la Niñez y la Adolescencia.
“La violencia contra los niños es a todas luces violación de derecho de quienes no pueden defenderse y sin motivo alguno son agredidos. Es producto de una cultura de intolerancia sociocultural”, expresó Moreno.
Formas de maltrato
La lucha de parte de Codeni y Conapina es por la prohibición del castigo físico y humillante como medida disciplinaria, “ya que en muchos casos este método se excede de realizar una labor de corrección”.
El paso de los días por la Unidad de Cuidados Intensivos de los hospitales infantiles sólo reflejan el proceso de una agonía prolongada en los menores de edad, que por su fragilidad e impotencia de defensa son las principales víctimas.
“Los niños que entran por maltrato físico a esta sala (UCI) mueren, pero antes sufren una lenta agonía”, refirió Norori, quien ilustra el trabajo de los doctores como inútil frente a las condiciones de gravedad en que llegan los menores.
Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cientos o hasta miles han recibido abuso y maltrato a manos de sus padres o parientes, dentro de los cuales una gran cantidad muere.
Según datos de Unicef, en la región de América Latina y el Caribe, no menos de 6 millones de niñas, niños y adolescentes son objeto de agresiones severas y 80 mil mueren cada año por la violencia que se desata al interior del núcleo familiar, sin embargo el año pasado sólo se registraron 37 denuncias por maltrato a menores en Nicaragua.
Marcas psicológicas
“Un niño que se recupera del maltrato físico no será nunca una persona normal. A menudo el daño emocional severo a los niños maltratados no se refleja hasta la adolescencia, o aún más tarde, cuando muchos de los maltratados se convierten en padres abusivos y comienzan a maltratar a sus propios hijos”, manifestó Moreno.
Las y los menores de edad que en gran medida continúan siendo víctimas silenciosas del maltrato en el núcleo familiar aumentan cada día, pese a que existen leyes como el Código de la Niñez y la Adolescencia y el Código Procesal Penal (Ley Nº 230), donde se estipulan penas para aquellas personas de la familia o ajena a ésta, que provoquen lesiones físicas y psicológicas a los menores e incluso, la muerte.
Mayor daño en zonas rurales
“Las peores formas de maltrato físico las encontramos en las zonas más alejadas, donde padre y madre han provocado serias lesiones y muertes –-en muchos casos-- a sus hijos. Cuando uno llega te das cuenta que a veces no podemos luchar contra ellos. Lo primero que dicen es: Son mis hijos y yo hago lo que me dé la gana, de todos modos yo los mantengo”, son algunos de los argumentos que expresan, dice Moreno.
Leyes no sirven sin denuncias
“A veces llegan al hospital con indicios de maltrato físico, nosotros lo reportamos en la entrega de guardia a Trabajo Social, pero como el caso no trascendió en una hospitalización, éste se va”, expresó Norori. Las penas de 10 a 25 años por parricidio y de 15 a 30 años por infanticidio, seguirán plasmadas sólo en el CPP si no hay personas que denuncien”.
Según el último informe de Unicef el maltrato no se denuncia por:
* Por pérdida de autoestima. Baja autoestima que impide dar respuesta a la agresión.
* Ambivalencia hacia el maltratador por el que se siente miedo, agresividad y amor.
* Ansiedad de la marcha que conlleva la responsabilidad del fracaso familiar y, en la mayoría de los casos, hacerse cargo de los hijos.
* Consecuencias económicas de una marcha. La dependencia económica y afectiva de la víctima con el agresor. Falta de recursos económicos. No tener a dónde ir, etc.
* Ineficiencia de los apoyos jurídicos para protegerla y el temor permanente a ser agredida de nuevo por la pareja que puede seguir persiguiéndola. Falta de apoyo de la propia familia y de las instituciones en general.
* Tristeza, vergüenza, reticencia por el intercambio de opiniones, de experiencias (en la entrevista, denuncia, etc.). Ocultar el problema por vergüenza.
* Indecisión. Tendencia a desvalorizarse y culpabilizarse. Actitud temerosa.
* La no aceptación del fracaso matrimonial o de pareja queriendo sostener la relación hasta límites insoportables.
* La falta de conciencia de estar siendo maltratado (sólo se debe denunciar cuando hay lesión). El sentimiento de culpa a la hora de denunciar al padre de sus hijos.
* El desánimo al ser concientes de que no va a servir para nada.
* La tolerancia del maltrato por parte de la víctima
Violencia familiar es un término empleado para describir la violencia y el maltrato por parte de miembros de la familia o parejas íntimas como un cónyuge, un ex cónyuge, un novio, un ex novio o alguien con quien se tiene una cita. Entre los términos empleados para referirse a la violencia familiar se incluyen los siguientes:
- Maltrato de la pareja íntima.
- Violencia doméstica.
- Maltrato infantil.
- Abuso físico.
- Violencia en el noviazgo.
- Violación marital.
- Violación perpetrada por una persona con la que se tiene una cita.
- Acecho.
La violencia familiar puede adoptar muchas formas, pero siempre implica el uso de intimidación y amenazas o conductas violentas para ejercer poder y control sobre otra persona. Por lo general, la persona que maltrata es el hombre y las mujeres suelen ser las víctimas; sin embargo, la violencia familiar también se ejerce contra los hombres. El maltrato infantil, de los ancianos y de los hermanos también se consideran violencia familiar.
Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) ofrecen los siguientes datos acerca de la violencia familiar y las mujeres:
- Cada año, aproximadamente 5,3 millones de mujeres son victimadas por una pareja íntima.
- En la Encuesta Nacional sobre la Violencia contra la Mujer aproximadamente el 31 por ciento de las mujeres respondió que había sido asaltada físicamente por su cónyuge actual o anterior, una pareja íntima o una pareja circunstancial en algún momento de su vida.
- Sobre 40 por ciento de las mujeres víctimas de actos de violencia denuncian sufrir lesiones.
- El aumento de la frecuencia de los episodios de violencia contra un cónyuge se encuentra asociado a un aumento del riesgo de que el cónyuge violento también maltrate a los hijos.
- Existe una vinculación estrecha entre el acecho y otras formas de violencia. El 81 por ciento de las mujeres que fueron acechadas por un actual o anterior marido o pareja también sufrieron la agresión física de esa pareja; el 31 por ciento sufrieron, además, una agresión sexual.
- Las consecuencias psicológicas que experimentan las víctimas de violencia ejercida por una pareja íntima incluyen depresión, pensamientos suicidas, intento de suicidio, baja autoestima, abuso de alcohol y otras drogas y desorden de estrés postraumático.
De acuerdo con la Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica (National Coalition Against Domestic Violence), el maltrato suele comenzar con conductas verbales como calificativos y amenazas, y golpear o arrojar objetos. Al empeorar, puede incluir acciones como empujar, abofetear y retener a la víctima en contra de su voluntad. El maltrato posterior incluye trompadas, golpes y patadas, y puede aumentar hasta llegar a conductas que representan una amenaza para la vida como estrangular, quebrar huesos o utilizar armas.
Las siguientes son formas de violencia familiar:
- Física - dar palizas o golpes que provocan daños físicos que pueden incluir moretones, fractura de huesos, sangrado interno y muerte. Con frecuencia, el maltrato comienza con contactos leves y aumenta con el tiempo hasta llegar a acciones más violentas.
- Sexual - suele acompañar o seguir a las palizas y tiene como resultado la violación u otra actividad sexual sin consentimiento.
- Psicológica o emocional - una persona que maltrata suele hacerlo mental o emocionalmente por medio de palabras insultantes, amenazas, hostigamiento, posesión, aislamiento sin consentimiento y destrucción de pertenencias. El aislamiento suele producirse cuando quien maltrata trata de controlar el tiempo y las actividades de la víctima, así como su contacto con otras personas. Las personas que maltratan logran su objetivo interfiriendo con las relaciones que proporcionan apoyo a la víctima, creando barreras que impidan el desarrollo de actividades, como llevarse las llaves del automóvil o encerrar a la víctima en su casa, y mintiendo o distorsionando la realidad para obtener control psicológico.
- Acecho - el hostigamiento y las conductas amenazadoras repetidas suelen desembocar en el maltrato físico o sexual.
- Económica - cuando el abusador controla el acceso de la víctima a todos los recursos, como tiempo, transporte, alimento, vestimenta, refugio, seguro y dinero. Por ejemplo, puede interferir con la capacidad de la víctima para autoabastecerse e insistir en controlar las finanzas. Cuando la víctima deja la relación violenta, el perpetrador puede recurrir a los recursos económicos como un modo de mantener el control o de obligarla a regresar.
En primer lugar, debe reconocer que es víctima de golpes o maltrato. Puesto que el maltrato verbal y emocional con frecuencia precede la violencia física, debe mantenerse atenta a signos de advertencia que incluyen celos extremos, posesión, mal genio, impredecibilidad, crueldad con los animales y maltrato verbal.
Póngase en contacto con el refugio para mujeres maltratadas de su localidad o con la Línea Nacional de Violencia Familiar (National Domestic Violence Hotline) en el 1-800-799-SAFE (7233). Ellos le brindarán información útil y consejo.
La Coalición Nacional contra la Violencia Familiar (National Coalition Against Domestic Violence) le pide a las mujeres que se enfrentan una relación violenta crear un plan de seguridad. El siguiente plan puede ayudarla en situaciones difíciles:
- Busque un lugar seguro en su casa si se inicia una discusión. Evite las habitaciones sin salida y las habitaciones con peligros potenciales, como la cocina.
- Decida con quién se pondrá en contacto si surge una crisis y acuerde una palabra clave o signo con familiares o amigos de confianza para hacerles saber que necesita ayuda.
- Memorice todos los números de teléfono importantes.
- Tenga siempre con usted dinero y cambio.
- Guarde sus papeles importantes y documentos en algún lugar al que pueda tener acceso fácilmente en caso de necesidad, incluyendo: credenciales de seguro social, actas de nacimiento, libreta de casamiento, chequera, tarjetas de crédito, estados bancarios, credenciales de seguro de salud y cualquier registro de maltrato sufrido en el pasado, como fotografías y denuncias policiales.
Recuerde que puede recurrir a ayuda y que tiene derecho a vivir sin temor ni violencia. Sin ayuda, el maltrato seguirá y estará en riesgo de resultar seriamente herida.
Huellas
Violencia en casa
| 28/11/2007 | Año 3 - n 18 RED ANDI
La niñez y adolescencia ha tenido que aprender a convivir en un mundo donde la violencia física, social y económica es algo cotidiano, y muchas veces pasa desapercibida, disfrazada de disciplina y aceptada ya sea por tradición o costumbre. Esto ha provocado que casi un 70% de la violencia contra la niñez y adolescencia se genere dentro del hogar.
De acuerdo con el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud (2002) y el Informe sobre la Violencia contra los Niños de la ONU, producido por el experto independiente Paulo Sérgio Pinheiro (2006), la violencia es el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra un niño o niña, por parte de una persona o un grupo, que cause o tenga muchas probabilidades de causar perjuicio efectivo o potencial a la salud del niño, a sus supervivencia, desarrollo o dignidad.
Existen diversas formas de violencia de acuerdo con la fuente de agresión, el modo y el lugar donde ésta se produce. Es así como existe la violencia familiar en el hogar aún cuando la Convención de los Derechos del Niño señala a la familia como el “grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros”, en particular de la niñez y adolescencia.
Esta misma Convención, reconoce también que para el pleno y armonioso desarrollo de niñas, niños y adolescentes, deben “crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”. Pero la realidad es otra. La violencia dentro del hogar es resultado de la estructura familiar basada en el poder y el autoritarismo.
Dentro del hogar pueden identificarse diferentes tipos de violencia dependiendo de los actos que se presenten, siendo el más común la violencia física, que se genera al aplicar castigos corporales, luego la violencia psicológica que, muchas veces es aplicada sin intención por parte de los padres y madres, y la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes.
Cualquier hecho de este tipo puede acarrear consecuencias como el abandono del hogar, aumentando la cifra de niños, niñas y adolescentes en situación de calle que, además de sentirse excluidos de la sociedad, se alejan de la posibilidad de ser educados y atendidos, por la necesidad de generar dinero trabajando, sin contar que de esta forma, es posible que resulten explotados.
Actos que generan violencia en el hogar
Todas las formas de abuso, castigo físico y maltrato que tienen lugar entre los miembros de una familia, son catalogadas como violencia en el hogar. La violencia familiar deja secuelas y lesiones en el cuerpo y la mente pero, incluso, puede llevar a la muerte, aunque no sea esa la intención de los agresores.
Pegarles, empujarlos, halar de las orejas, son los castigos a los que mayormente recurren los padres y madres como falsos correctivos en la conducta de sus hijos e hijas. Este errado método de aprendizaje puede traer consecuencias psicológicas al niño, niña o adolescente ya que, no solo será transmitido de una generación a otra, sino que incidirá en el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes que, desde pequeños tomarán los maltratos físicos como una demostración de afecto por parte de los padres y madres, que será reforzada con más conductas inadecuadas.
La violencia psicológica puede manifestarse también con prohibiciones como no hablar o no jugar, así como insultos y desprestigios. Además, muchas veces las niñas son discriminadas con relación a sus hermanos varones en hogares donde todavía impera el machismo. Las niñas no son escuchadas, los niños son explotados económicamente, la adolescencia no es tomada en cuenta y es así como la violencia convierte a los núcleos familiares en fuentes de injurias, aislamientos y rechazos.
Otra forma violencia es aquella que involucra a niños, niñas y adolescentes con actos lascivos concebidos por miembros de la misma familia o personas conocidas que, se aprovechan de su condición de “poder”, para violentar la integridad de la niña, niño o adolescente. Muchas veces el agresor ni siquiera se preocupa en protegerse y es cuando vienen los embarazos adolescentes indeseados, la transmisión de enfermedades, entre otras consecuencias que afectarán de por vida a la víctima.
La violencia en el núcleo familiar ocasiona graves trastornos en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes como estados depresivos, pérdida de la autoestima, problemas de conducta, adicciones y los lleva a un grado de vulnerabilidad que afecta su rendimiento escolar, sus relaciones sociales y aumenta la posibilidad de convertirse, en un futuro, en un agresor sexual o de ser nuevamente victimizado.
Aplicar la justicia en estos casos ha sido sumamente difícil ya que, la gran mayoría, no son denunciados a las autoridades por las personas atacadas. Según el Informe para el Estudio sobre Violencia, existen varias razones por las que no se denuncia el maltrato infantil; la más frecuente es que niñas y niños carecen de las condiciones para denunciar y existe el temor a sufrir represalias por parte de los agresores o por miedo a que la intervención de las autoridades empeore su situación.
El miedo está estrechamente relacionado con el estigma que a menudo va unido a las denuncias de violencia, sobre todo en los lugares en que el honor de la familia se sitúa por encima de la seguridad y el bienestar de la niñez y adolescencia. Un incidente de abuso sexual puede provocar el ostracismo de la víctima, más violencia e incluso la muerte. En muchos casos, los padres y madres, que deberían proteger a sus hijas e hijos, guardan silencio si el responsable de la violencia es el cónyuge u otro miembro de la familia.
Violencia doméstica en Venezuela
En Caracas, cada 12 días un hombre asesina a una mujer en el contexto de la relación de pareja generando que un 90% de los homicidios a mujeres se produzcan en el marco de estas relaciones. En 2005, según cifras manejadas por el Ministerio de Interior y Justicia, y dadas a conocer a través del Informe Somos Noticia de Cecodap,, fueron reportadas a las autoridades 11.070 casos de violencia contra la mujer y la familia, que involucraban a niñas, niños y adolescentes, representando esto un 4,83% del total de casos denunciados.
En el año 2001 se denunciaron 6.697 hechos de violencia contra la mujer y según una investigación de la Sociedad Venezolana de Medicina Interna, Venezuela presentaría un índice de 32,9% de violencia doméstica, mientras que Fundacredesa informó que en siete de cada 10 hogares vivían niños que sufrían malos tratos por padres, madres o tutores.
Somos Noticia (2006) informó que para ese año se reportaron en Fondenima (Fundación Oficina Nacional de Denuncia del Niño Maltratado) la recepción de 292 nuevos casos de maltrato infantil, correspondiendo 52 a violencia dentro de ambientes familiares y de los cuales la mitad de estos niños, niñas y adolescentes fueron golpeados, 13 abandonados, 4 quemados y uno ahogado.
Este mismo estudio determina que la mayoría de los casos de violencia familiar se presentan, en un 88%, a través de maltratos físicos y psicológicos, resultando afectados en mayor número, los niños y niñas en un 33% y adolescentes varones en un 16%. También se determina que las madres y los padres, seguido de amigos, familiares y hermanos son las principales figuras que fungen como maltratadoras.
Por otra parte, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminales (CICPC) registró durante 2005 un total de 2.680 casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes, de los cuales 1.590 se referían a abuso sexual. De los casos de violencia sexual perpetrados, los de mayor incidencia fueron niñas de 4 a 7 años y niños de 8 a 11 años.
Leyes que amparan a niños, niñas y adolescentes
Pinheiro, el experto independiente de la ONU, informa que solamente en 16 países en el mundo se prohíbe todo castigo físico a niños, niñas y adolescentes en todos los entornos. Esto deja a la gran mayoría de la población infantil mundial sin la protección legal necesaria para que no sean golpeados y deliberadamente humillados en sus hogares. Es decir, las leyes de la mayoría de naciones aceptan el maltrato físico “razonable” o “legal”.
Contra la violencia en el hogar y la familia únicamente está protegida el 2% de la niñez y adolescencia, según datos de la Global Iniciative to End all Corporal Punishment of Children. Las leyes para hacer frente a la violencia sólo tienen en cuenta la violencia sexual o física, pero no la psicológica.
En Venezuela, la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente prohíbe expresamente el castigo físico en escuelas (56 y 57), instituciones (631 y 638), trabajo (94 y 255) y la tortura (253), trato cruel (254) y trabajo forzoso (255) en cualquier ámbito, pero no dentro del hogar, o por lo menos no específicamente. Es por ello en el año 2007, en el proceso de Reforma de la LOPNA, incluye la prohibición explícita de cualquier tipo de castigo físico y humillante, al consagrar el derecho al buen trato. El artículo 32-A de dicha ley especifica: Se entiende por castigo físico el uso de la fuerza, en ejercicio de las potestades de crianza o educación, con la intención de causar algún grado de dolor o incomodidad corporal con el fin de corregir, controlar o cambiar el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes, siempre que no constituyan un hecho punible.
Por otro lado, en los artículos 441, 442 y 443 del Código Penal, se expresa claramente la prohibición a todo abuso en la corrección o disciplina en las familias siendo esto un logro en lo que a preservar los derechos y la integridad de niños, niñas y adolescentes se refiere. Este mismo instrumento legal refiere la prohibición al abandono de toda persona menor de 12 años (437) y la LOPNA sanciona rotundamente todo abuso y explotación sexual contra niños, niñas y adolescentes dentro y fuera del hogar en los artículos 258, 259 y 260.
Aún cuando en Venezuela ha habido avances en materia de leyes que amparen la integridad de niñas, niños y adolescentes, la violencia en los hogares ha resultado ser un problema de la convivencia social más que legal, y lo que se busca es rescatar la familia como principal institución formadora de valores.
Recomendaciones ante la violencia familiar
El Informe sobre Violencia presentado a la ONU, propone la creación de sistemas de denuncia y servicios accesibles y adecuados, como líneas telefónicas e implementar nuevas tecnologías, así como también fomentar y fortalecer el desarrollo de lazos familiares, donde la violencia o cualquiera de sus manifestaciones se excluyan definitivamente para proteger y reducir la violencia contra niñas, niños y adolescentes.
En 2005, el Comité de los Derechos del Niño recomendó a Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y República Dominicana que tomen medidas relativas a la violencia familiar, entre ellas podemos mencionar:
- La prohibición explicita, en la legislación de cada Estado parte, de castigos corporales y otros tipos de violencia en todos los entornos. Además de concienciar al público en general sobre las consecuencias negativas de los mismos.
- La sensibilización de los padres, madres y otras personas que tratan con la niñez y adolescencia, sobre modos alternativos y no violentos de disciplina.
- La preparación de campañas de información pública para la prevención de la intimidación de niñas, niños y adolescentes.
- Asimismo, se deben aplicar las leyes contra la violencia familiar y cerciorarse de que las víctimas tengan asesoramiento y asistencia para su recuperación física y psicológica, así como la integración social, incluso facilitando protección.
- Se establezcan procedimientos y mecanismos adecuados para atender las denuncias de maltrato a niñas, niños y adolescentes, con la finalidad de tener rápido acceso a la justicia y evitar la impunidad de los autores.
“Ninguna violencia contra los niños es justificada y toda violencia puede ser prevenida”, dijo Paulo Sérgio Pinheiro, experto independiente que lideró el Estudio del Secretario General de la ONU.
Algunos Términos:
Castigo Corporal/Físico: Es la agresión que realiza cualquier persona, para corregir, disciplinar, controlar o educar, contra un niño, niña o adolescente a través de cachetadas, nalgadas, golpes en la cabeza, jalones de cabellos y orejas, pellizcos, sacudidas, empujones, colocación en posturas incómodas, entre otras acciones; que causan dolor, aunque sin ocasionarEs una forma equivocada de educar. Aun cuando fuese eficaz, porque asegura el cumplimiento inmediato de órdenes pero no sirve a largo plazo. Entre los efectos está daño a su autoestima. Genera sentimientos de poca valía. Promueve expectativas negativas respeto a sí mismo. Les hace sentir rabia y ganas de alejarse de casa. Enseña que la violencia es un modo adecuado para resolver los problemas.
Maltrato: Las acciones u omisiones con el fin de hacer daño o abusar a un niño, niña o adolescente, causando lesiones físicas o psicológicas, dejando secuelas evidentes y pudiendo llegar incluso a la muerte.
Maltrato Físico: Acciones no accidentales como golpes, patadas, quemaduras, palizas, entre otras formas de violencia, efectuados en diferentes ambientes (familiar, institucional, educativo) por parte de algún adulto hacia niños, niñas y adolescentes.
Maltrato Emocional: Conductas de los padres, madres o cuidadores tales como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones, abandono, desprecio, burlas, críticas, aislamiento o atemorización que causen o puedan causar deterioro en el desarrollo social, emocional o intelectual del niño, niña o adolescente.
Fuente: Glosario Agencia PANA / Cepvi.com
Redacción: Carla Villamediana, cvillamediana@agenciapana.org.ve
Edición: Eurídice Vásquez, evasquez@agenciapana.org.ve
Acuerdo Ministerial elimina trato humillante para estudiantes
Fin a castigos físicos
* El que le pegue con las reglas, les diga burros, necios o que los ponga como floreros en medio del salón, será sancionado por el Ministerio de Educación * Investigación realizada en 2006 en 85 centros educativos, reveló que en todas las escuelas realizan castigos abusivos contra los educandos * Maestros o empleados de centros educativos pueden ser sancionados o acusados ante las autoridades respectivas si incumplen la nueva disposición
Tania Sirias
END - 21:39 - 20/04/2009
El maestro que castigue a sus alumnos con el metro, que les diga “burros”, necios, que los coloquen como “floreros” en medio del salón o que los ponga al sol, será sancionado por el Ministerio de Educación, Mined, pues así lo estipula el nuevo Acuerdo Ministerial No. 134-2009, que estará vigente en todos los centros educativos del país.
El acuerdo “…prohíbe a los maestros, autoridades, funcionarios, empleados o trabajadores del sistema educativo, aplicar cualquier medida o sanción abusiva a los educandos que les cause daños físicos, morales o sicológicos…”
La Procuradora del Niñez, Norma Moreno, se mostró satisfecha ante esta medida, ya que una investigación realizada en 2006 por esta institución, en 85 centros educativos a nivel nacional, reveló que en todas las escuelas realizaban castigos físicos y humillantes a los alumnos.
“Los estudiantes nos narraron que les pegan con la regla, que los ponen como floreros, con las manos hacia atrás en medio del aula, que los humillan con palabras groseras, y eso va en contra de la dignidad de los niños. Estos castigos son violatorios a los derechos del niño y van en contra de la Ley General de Educación”, expresó Moreno.
Maestros serán denunciados
La funcionaria dijo que el año pasado la Procuraduría de los Derechos Humanos fiscalizó los mismos 85 centros escolares, y sólo el 85 por ciento de las escuelas redujeron los castigos físicos y sicológicos.
Moreno insistió en que no se deben seguir utilizando esos métodos disciplinarios, pues no contribuyen a la formación del niño. “Algunos estudiantes nos dijeron que hay maestros que los golpean hasta con las paletas de los asientos dañados, y eso no se puede permitir”, lamentó la procuradora de la Niñez.
En los casos que un docente o trabajador del Mined golpee, realice un comentario humillante o que abuse de su fuerza física o poder, y que cause dolor a los estudiantes, será denunciado ante los líderes estudiantiles.
El acuerdo reza que “el hecho será reportado al director del centro educativo, a la Unidad de Consejería Escolar y al dirigente estudiantil para la revisión y atención del caso.”
Cuando el castigo incurra en un delito, se procederá de conformidad a lo establecido en las leyes de la República.
Educar con ternura
El acuerdo también plantea la inclusión de planes y programas de capacitación a docentes de educación básica, media y formación docente, en acciones de sensibilización que fortalezcan las estrategias disciplinarias positivas.
La Procuradora de la Niñez abogó por una educación con ternura, donde el estudiante no sufra trato humillante. “Las relaciones deben estar basadas en el respeto hacia los alumnos”, dijo la funcionaria.
Esta disposición ministerial se aplicará en todos los centros públicos, privados y subvencionados del país, informaron en la oficina de relaciones públicas del Ministerio de Educación.
